Los progresivos son un complemento ideal para finalizar tus entrenamientos suaves o como preámbulo a una sesión de calidad o una competición. Pero hay que hacerlos en su justa medida, y al ritmo adecuado. Os contamos el “como” y el “por qué” de los progresivos.
Los progresivos son muy útiles para que el pulso suba mucho en un breve espacio de tiempo. Ello nos favorece especialmente si en breves instantes vamos a participar en un ejercicio altamente anaeróbico, como puede ser el inicio de una competición, o bien si queremos poner el colofón a en entrenamiento suave, par que, de este modo, no hayamos perdido “chica” en un día de rodaje tranquilo. Pero siempre que hagas progresivos debes tener en cuenta que:
- Un progresivo no es una serie ni un sprint. No debes nunca exprimirte al 100% ni “darlo todo en ese progresivo, Se trata de subir pulsaciones no de ponerte a 200 p/m…
- La distancia ideal de un progresivo son unos 50 metros, y más d e80, ya es excesivo.
- De 4 a 10’ progresivos es lo adecuado. Si tras esos progresivos viene una competición (o compites al día siguiente), o una series, 4 rectas de 50 metros, sin forzar demasiado. Si, en cambio, has rodado suave 45 minutos, puedes hacer 6,8 ó hasta 10 progresivos.
- Recupera lo que necesites entre cada progresivo. Si crees que precisas 20 segundos, tómate 20. Y si crees que precisas 30, pues 30. No estás haciendo series.
- Es muy importante que la técnica de carrera sea prácticamente perfecta. Es el momento de poner en práctica lo asimilado durante los ejercicios de técnica.
- Haz los progresivos en lugar recto y sobre un piso liso.
- No te “piques” con tus compañeros de entrenamientos; no estás compitiendo.
- El día previo a la competición, haz cuatro progresivos y muy suaves.
- Los progresivos también puedes “meterlos” al final de un rodaje, su este ha sido tranquilo. Si has rodado muy deporta, no hagas progresivos. Ya los habrás hecho sobradamente en los últimos kilómetros del entrenamiento.
- Estira tras los progresivos, nunca antes.